Profesor César Arrondo/ UNLP, Argentina. Colaborador de Eusko Lurra Fundazioa.

El año 1976, estuvo signado por las constantes protestas de los trabajadores vascos. En este sentido, los obreros luchaban en las fábricas y en las calles, para poder conseguir mejores salarios y unas condiciones laborales más dignas, sin temer al aparato represivo franquista que se encontraba intacto y activo.

Monolito a los trabajadores asesinados en el barrio de Zaramaga de Gasteiz.

Las trincheras de resistencia fueron varias: las fábricas, las  asociaciones sindicales y las iglesias. En tal sentido, será un 3 de marzo, cuando la policía irrumpió en la Iglesia San Francisco de Vitoria, en el momento en que se desarrollaba una asamblea de los trabajadores, con el firme propósito de desalojar a los allí reunidos, utilizando para ello gases lacrimógenos, palos y demás elementos  coercitivos, que dejaron como saldo una gran parte de trabajadores y de sus familiares heridos, culminando su nefasta tarea, con el asesinato de cinco trabajadores.

Se cumplen 37 años de aquellos luctuosos hechos, y aún hoy  los familiares y amigos de las víctimas esperan justicia, como así también,  que se realice una reparación moral pública de los represaliados, donde el Estado español reconozca esta acción represiva y de todos los crímenes que tuvieron lugar desde el levantamiento militar del 18 de julio de 1936, contra las instituciones públicas y privadas y las personas que no aceptaban  los atropellos del régimen corporativo.

Esta nueva conmemoración del 3 de marzo de 1976, debe servir por un lado, para reafirmar el hecho histórico y cimentar la memoria en la ciudadanía sobre lo ocurrido, pero también, para reclamar la vigencia de la consecución de la verdad y la posterior reparación, que sólo será posible, a través de la puesta en funcionamiento de comisiones de la verdad.

Humildemente desde la Diáspora vasca y más precisamente, desde la Argentina, queremos estar presentes, más allá de los 11.000 kilómetros que nos separan,  en este homenaje y en tal sentido, nos sumamos solidariamente a los actos que recuerdan a los trabajadores asesinados por el franquismo hace 37 años  y exigimos  verdad, justicia y reparación, como única forma válida para poder poner fin, a una larga noche que comenzó en el mes de julio de 1936 y que se ha extendido hasta nuestros días  y que impide la plena vigencia de la verdad histórica.

Además como vasco/argentinos,  nos comprometemos a arropar todas las acciones que se lleven adelante en nuestro país, en función de la querella que la justicia Argentina ha iniciado contra los crímenes del franquismo, con la esperanza, que ante la sordera permanente del Estado español sobre el tema, en nuestro país (Argentina),  se mantenga viva la posibilidad de llegar a la justicia y la verdad de estos aberrantes crímenes, que el franquismo y sus aliados infligieron a miles de ciudadanos a partir del  levantamiento contra las instituciones republicanas, que tuvo lugar un 18 de julio de 1936.