Profesor César Arrondo/ UNLP, Argentina. Colaborador de Eusko Lurra Fundazioa.
El año 1976, estuvo signado por las constantes protestas de los trabajadores vascos. En este sentido, los obreros luchaban en las fábricas y en las calles, para poder conseguir mejores salarios y unas condiciones laborales más dignas, sin temer al aparato represivo franquista que se encontraba intacto y activo.
Las trincheras de resistencia fueron varias: las fábricas, las asociaciones sindicales y las iglesias. En tal sentido, será un 3 de marzo, cuando la policía irrumpió en la Iglesia San Francisco de Vitoria, en el momento en que se desarrollaba una asamblea de los trabajadores, con el firme propósito de desalojar a los allí reunidos, utilizando para ello gases lacrimógenos, palos y demás elementos coercitivos, que dejaron como saldo una gran parte de trabajadores y de sus familiares heridos, culminando su nefasta tarea, con el asesinato de cinco trabajadores.