Jon Juaristi y el premio Euskadi

Han pasado varios días y apenas hay reacciones. No se si estamos todos muertos. O dormidos. Que es peor.

El caso es que a Jon Juaristi le han dado el premio Euskadi. 18.000 eurazos, que supongo salen de nuestros impuestos, nacionalistas incluidos. Y no he leído nada. Ni la mas mínima queja, siquiera formal.
Resulta que estos premios están amañados. Como todo el mundo, menos el jurado, sabe. Solo se dan a los amigos, amiguitos o amigotes. Complacientes con el partido. O directamente afiliados. Suelen ser subvenciones bientintencionadas para los sufridos escritores, que con los derechos de autor habituales no tienen ni para pagar la conexión a internet.
Y se conceden por obras literarias favorables, amistosas, no demasiado brillantes pero o al menos poco beligerantes con el propio nombre de los premios. Hasta aquí todo dentro de un orden. Corrupto. Pero orden y no demasiado llamativo.Ahora, en cambio, por obra de alguien que aburre con tanta clama aparente, de la corrupción nos han pasado a la provocación o al descojono. Alguien se ríe de nosotros o nos quiere provocar simplemente.
La obra premiada (seguramente encargada por los convocantes) se titula ni mas ni menos: “Espaciosa y triste. Ensayos sobre España.” El título está bien. Juaristi es poeta (aunque eso vaya en gustos) y tiene una vena lírica. Pero presentar un ensayo sobre la España una, grande y lo que sea, al premio Euskadi. Y lo que es peor, ganarlo. Es como meter en la misma cama la achicoria con el café.
Sabemos que este premio no ha representado un gran esfuerzo para el autor. Se ha limitado a enviar un e-mail con sus artículos antivascos de los últimos 25 años. Que son muchos y en los que su militancia contra Euskadi, se ha convertido en su modus vivendi. Y portavoz de los conversos.
El caso es que Juaristi ya había ganado, en los noventa, el Premio España, con otra recopilación aviesa de artículos. Premio político, dirigido especialmente contra el independentismo vasco. Encargado y aderezado con las Aplaudidos por las correspondientes addendas contra ETA. Pero ahora, lo anti-ETA ya no vende tanto en España. ETA no aparece en las encuestas de opinión. Y los encargadores de premios tenían un poco abandonado al “azote del nacionalismo”. Después del estruendoso fracaso con la deleznable letra del himno nacional (español por supuesto), también encargada y bien pagada, a nuestro afable Jon le habrá venido bien está subvención de geriátrico.
Lo que es imposible saber es cómo le habrá venido al partido. O sea al PNV. Cuyo ejecutivo, a modo de disculpa, y ante algunos estupefactos cotizantes, asegura que el texto del vate de Vinogrado “versa sobre los orígenes y la historia de la identidad española”. Nada mas apropiado, por tanto, para un premio Euskadi.
Al mismo tiempo la torcida imperial proclama su entusiasmo, desde tabloides borbónicos, como el ABC, con adjetivos como “sorpresa gratísima”. Y otros..A los que solo falta el consabido “¡que se jodan¡”.
Así que invadidos, prohibidos, deportados y ahora masoquistas. O tontos…
Ya decía Arana que no teníamos remedio. Y que esto se nos va…cualquier día de estos.
Uno pensaba seguir haciendo la declaración de la renta en Euskadi. Pero estas cosas dan que pensar.
Jose Mari Lorenzo Espinosa

 

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