Un señor de Bilbao

El señor de Bilbao. Que paga sus facturas y sus impuestos. Todos los días. Que vota siempre al partido que nos hemos dado. Para que todo siga razonablemente igual…Esta semana se ha encontrado con el circo. El circo electoral que ha vuelto a la villa. A sus calles y plazas. Después de su reciente éxito por Andalucía y todo el olivar. Ha vuelto el circo. Con los mismos números de siempre. Y algunos trapecistas nuevos, Los del 15-M, que Rubalcaba dejó acampar. A cambio de que no se movieran demasiado.

Es una de las extrañas coincidencias entre circo y elecciones. Cada vez se repiten los mismos malabares. Los mismos trucos de magia. Las canciones infantiles. El forzudo y los enanos. Los equilibristas. El elefante perezoso. El domador gordo. La mujer barbuda… Las fieras amaestradas. Y los payasos (con perdón)…que los ponemos nosotros. Y el pueblo mirando, con la boca llena de moscas, como si nunca se hubiera visto tanta maravilla junta.

Todo es lo mismo. Todo sigue razonablemente igual. Incluso las incansables promesas de cambio inminente, son las mismas. Y aparecen escritas en los mismos papeles y periódicos. Promesas que nadie cree, después de tantos años. Pero a las que votará igualmente, un señor de Bilbao. Porque, en el fondo y en la forma, lo que quiere es que las cosas sigan razonablemente igual. Y qué mejor para esto que votar, a los mismos. O a los mismos otros. O a los amigos de los mismos otros.
Este señor, que paga impuestos sin cesar. Desde que desayuna hasta que se duerme. Sostiene con sus diversos IVAS  todo el aparato universal del circo. Con sus cementerios de elefantes políticos. A saber, Ayuntamientos. Diputaciones. Gobierno Vasco. Estado español. Unión Europea. ONU. OTAN…Con todas sus agencias especializadas. Una “sociedad del espectáculo” que decía Debord,. Sin que nadie le escuchara. Y cuyos elefantiásicos miembros, devoran cien kilos diarios. O mas.
Una peña de políticos de recompensa y universitarios enchufados, que viven agazapados, en grandes y pequeñas instituciones de camuflaje…Donde la burguesía aparca a sus políticos de puerta giratoria y becarios de corbata. Gracias a lo que se llama la “democracia que nos hemos dado”.
Habitantes del mármol traventino. Termitas en edificios de lujo y derroche. Que han costado al contribuyente tanto como el rescate a los bandidos financieros de la banca….Los inoperantes parlamentarios de Strasburgo. Los perezosos chupatintas de  Brusellas. Economistas fracasados en Frankfurt. Psicópatas atómicos en la OTAN. Políglotas farsantes en la ONU. Con su acompañamiento fantasmal de ONGs diversas. Y guerras de otros. Son la cúspide incorrupta del mayor ejército civil de la historia.
Están para mantener el orden razonable.Y todo esto le cuesta a la humanidad un pico. Miles de millones al año. Cifras que ni sabríamos contar, los de las cuatro reglas. Parece increíble, Y sin embargo, gracias al efecto mariposa, todo esto lo hace posible un señor de Bilbao. El solo, con sus impuestos y su decisivo voto al partido, que siempre gana..
Aunque este año la coincidencias fatal de elecciones y declaración de la renta, hace dudar por primer vez en cuarenta años al señor de Bilbao. Total, dice, “para que se lo gasten en cocaína y bares de carretera…” Igual, ni voto. Igual ni hago la declaración.
Jose Maria Lorenzo Espinosa.
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