Candidatos por la amnistia

Artículo de Josemari Lorenzo Espinosa sobre la amnistía desde un punto de vista histório.

Es bien sabido de lo que son capaces algunos políticos por arañar un puñado de votos. No es un invento. Ni una maldad. Ni una frustración. Es la lamentable realidad, que se viene repitiendo desde que, muerto Franco, se abrió la oportunidad de “hacer política”. Dentro de la ley, por supuesto y con la vista puesta en los escaños.

El proverbial oportunismo de los aspirantes electos, nunca deja de sorprendernos. Siempre fueron capaces de cualquier cosa, con tal de entrar en el privilegio del poder. Todo depende del momento y de las exigencias del momento. Seguramente cualquiera recuerda o tiene pruebas de las actitudes oportunistas de todo tipo, que son capaces de adoptar, quienes están dispuestos a sacrificarse y gobernar los países por el exclusivo bien del pueblo y… sus votantes.

Hace ya un tiempo (14-Mayo-1977), en aquello que llamaron primeras elecciones democráticas, se produjo uno de estos casos que ya pocos recordarán, pero del que quedan testigos, con pruebas irrefutables y firmadas. Me refiero al encierro “voluntario”, que protagonizaron la noche del 13 al 14 de mayo de aquel año, ochenta y seis miembros de las diversas candidaturas vascas al primer parlamento posfranquista. A requerimiento de las entonces emergentes Gestoras Pro-Amnistía un nutrido grupo de candidatos se encerraron en la bilbaina iglesia de San Anton, rompiendo todas las formas y sorprendiendo a la entonces vibrante sociedad política vasca.

Tantos años después, resulta mas que curioso y conveniente recordar aquel momento, sus circunstancias y algunos de los nombres que aparecen en la lista de encerrados, con su firma, compromiso y solidaridad… Nada mas y nada menos que con los presos políticos vascos. Aquellos días, además de barruntarse las primeras poltronas de la herencia franquista, un sector importante del pueblo vasco, con la solidaridad de muchos españoles, estaba empeñada en arrancar a los sucesores del caudillo una amnistía para los “delitos” de intencionalidad política.

Aquel año hubo todo tipo de iniciativas y actos políticos. Se legalizó la ikurriña, fracasó un enésimo intento de Frente Nacional con el PNV, organizado por Argala y Monzón. El PNV, a cambio, pactó con Suárez su legalización. Los Bereziak se escindieron de ETA pm etc.  Hubo numerosas convocatorias de semanas-proamnistía. Con represalias y varios muertos. Y también una gran marcha, la inolvidable “Askatasunaren Ibilaldia”, durante el verano. Que culminó con una gigantesca concentración, de 100.000 personas, a las afueras de Iruñea. Fue un año de movilizaciones, de activismo popular, de ekintzas armadas…que finalmente consiguieron arrancar la ansiada amnistía. Una de las pocas cosas que, a base de movilizaciones y activismo, se han conseguido desde entonces.

Pero el acto que marcaría la política oficial del año fueron las elecciones del 15-J. A las que acudieron como moscas viejos y nuevos militantes, de toda la vida. Quienes eran conocidos y quienes aparecían por primera vez. En todo caso, estas elecciones que en Euskadi ganarían, infructuosamente, los nacionalistas, fueron las primeras de la larga serie que nos ha servido para llegar hasta aquí. Para cambiarlo todo, de manera que no cambie nada.

Entre el jolgorio electoral oportunista, aquel día se encerraron en San Anton, juntos pero no revueltos, personajes luego tan dispares como Ajuriaguerra, Sabín Zubiri, Josu Bergara, Ramón Rubial, Jose M. Benegas, Jose Luis Corcuera, Garcia Damborenea, Lucas Verdú, Idigoras, P. Solabarria, Santi Brouard, Xabier Galdeano, Ramón Ormazabal, Roberto Lerchundi, David Morin, Juan Infante, Jose Unanue, Valentín Solagaistua, Ramón Zallo un dilatado etcétera, hasta los ochenta y seis registrados con sus nombres, firmas y agrupaciones electorales.

Una larga lista, mezcla de militantes honrados preocupados por los presos y aprovechados de última hora, que luego se arrepintieron de lo que habían hecho. Muchos de los nuestros (Brouard, Galdeano, Idigoras…) junto a otros (Damborenea, Corcuera, Benegas, Ajuriaguerra, Bergara…) que luego serían sus enemigos, desde el poder.

En la hoja que firmaron todos los encerrados figuran frases como “exigencia de Amnistía total (..) y retorno de los exiliados” “Lamentar y condenar los hechos y las muertes en Euskadi, por demorar la Amnistía total y por la actuación violenta de las fuerzas de orden público” y “Manifestar nuestra solidaridad con el pueblo de Euskadi en su lucha por la Amnistía y la Libertad”. Tantos años después, me sigue pareciendo significativo y aleccionador  lo que hicieron, lo que hacen y de lo que son capaces algunos por un puñado de votos.

Mucho después, en 1999 yo estaba en la Mesa Nacional, y después de la manifestación conjunta de nacionalistas por los presos, alguien (de parte de EA) me preguntó qué podían hacer en favor de la situación de los presos. Ya entonces estábamos avanzado hacia atrás, a pesar o quizá por eso, de Lizarra-garazi.. Ya no se reivindicaba la Amnistía, sino el mas venial acercamiento de presos…Le hablé de este encierro. Le enseñé la hoja con las firmas. Le sugerí un apoyo testimonial semejante, con cargos políticos de EA, PNV y HB…Pero el tiempo…y el poder, no habían pasado en balde. Me miró sin entusiasmo, quizá con  preocupación. Y  no me dijo nada. No me lo ha dicho todavía, hoy que el problema sigue siendo el mismo….O peor.

Josemari Lorenzo Espinosa

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