PRESOAK KALERA, AMNISTIA OSOA!!!

“Hemos conseguido sacar de las cárceles a los presos políticos vascos, pero con ello no
hemos conseguido la amnistía, pues aún existen exiliados sin poder volver a casa, y a
Euskal Herria se le siguen vulnerando sus derechos”.
Quien a sí se pronunciaba era Fran Aldanondo, el último preso político vasco que, el 9 de
diciembre de 1977, abandonaba la cárcel. Y lo hacía pocas horas más tarde, en una
comparecencia pública junto a las Gestoras Pro-Amnistía. Eran los años de la llamada
“Transición democrática española”, esa operación política diseñada y pactada por los
poderes del Estado español para sustituir la anterior dictadura criminal franquista por el
actual neofranquismo.
Sin embargo, fue muy corto el tiempo que transcurrió desde su excarcelación hasta que,
de nuevo, comenzasen a llenarse las cárceles de militantes independentistas. A día de
hoy 409 mujeres y hombres vuelven a atesorar el estatus de prisionera o prisionero
político vasco.
Hemos sentido la necesidad y el deber de traer al presente ese fragmento de la memoria
histórica de nuestro país, en parte obligados por un debate, al que últimamente estamos
asistiendo, sobre la oportunidad y/o conveniencia de la reivindicación pública de la
Amnistía. Debate que, a nuestro juicio, está de sobra por absurdo e innecesario.
La reivindicación de la Amnistía ha sido el postulado central e irrenunciable que, para
alcanzar sus objetivos estratégicos, ha mantenido firmemente el independentismo vasco
de izquierda (MVLN). Pues en su consecución ha situado la clave para abrir la puerta a
una solución justa y definitiva al conflicto político generado por los Estados español y
francés.
En estos momentos que, tanto por parte de los unionistas españoles, como de los
colaboracionistas locales, la exclusividad sobre la verdad del relato de esas últimas
décadas del conflicto se plantea como una batalla a ganar, la reivindicación de la Amnistía
adquiere más que nunca una importancia vital. Y ello, entre otras cosas, porque se sitúa
inevitablemente en el punto de partida del relato mismo, al señalar las causas y el origen
último del conflicto político. Y que no es otro que la conquista continuada de nuestro país.
En ese sentido, al recuperar la memoria histórica es cuando la Amnistía encuentra su
significado político pleno: nos recuerda, en definitiva, que el Estado que tuvimos, Nabarra,
fue conquistado; que el sometimiento y la imposición ilegítimos fruto de esa conquista se
mantienen desde entonces; y que, a consecuencia de ello, el conflicto originado sigue
vigente y sus consecuencias sin solucionarse.
Así las cosas, están quienes esconden ese sometimiento e imposición ilegítimos para,
seguidamente, negar incluso la existencia del conflicto mismo, junto a los que, sin negarlo,
viven complacientes con la situación actual de hechos consumados –marco jurídico
político constitucional español– derivada de las citadas circunstancias.
En su relato sobre lo acontecido en las últimas décadas, todos ellos coinciden en
hablarnos de una democracia atacada por terroristas que quieren imponer ideas
totalitarias, y la única solución que están dispuestos a aceptar para tratar las
consecuencias del conflicto, es que las y los militantes encarcelados reconozcan el daño
causado, muestren arrepentimiento y colaboren con la justicia española. En definitiva, el
cumplimiento estricto de la legalidad penal y penitenciaria vigentes.
De otro lado, nos encontramos quienes, por el contrario, defendemos el reconocimiento
de su condición de militantes políticos represaliados a causa de su compromiso y
participación en la lucha contra la imposición española (y francesa) y a favor de la
independencia de nuestro país. Por lo que, en consecuencia, reclamamos que la solución
a su situación debe de ser exclusivamente política, y como tal está recogida en la
reivindicación de la Amnistía.
La lucha popular por la Amnistía ha ocupado un lugar preferente y permanente en la
memoria histórica más reciente de nuestro país. Así, tal como apuntábamos al comienzo
de este escrito, este 9 de diciembre se cumplen 38 años desde que, mediante la lucha de
miles y miles de personas en Euskalerria -siendo la Semana Pro-amnistía el mejor
paradigma- se consiguiese arrancar al Estado español la Ley de Amnistía y, en
consecuencia, la libertad del que fuera entonces el último preso político vasco que
quedaba por salir de la cárcel.
No obstante, y a pesar de que hace ya algo más de cuatro años, ETA, uno de los actores
principales del último medio siglo del conflicto, decidiera abandonar su actividad armada a
favor de la liberación nacional y social de nuestro país, todavía hoy nos encontramos con
unas consecuencias preocupantes y dolorosas: más de 400 presas y presos políticos,
algunos gravemente enfermos, todos ellos auténticos rehenes de los estados; decenas de
exiliadas y exiliados; cientos de personas procesadas, varios miles torturadas; las
asesinadas por el terrorismo de Estado, por la dispersión carcelaria; etc.
Por todo ello, creemos firmemente que hemos de seguir aunando compromisos barrio a
barrio, pueblo a pueblo, para enarbolar la bandera de la Amnistía con todo su significado
político, a la vez que fortalecer la lucha contra la dispersión carcelaria, continuar
asistiendo a todas las represaliadas y represaliados, y sin dejar de dar respuesta a la
represión y sus consecuencias.
A la Izquierda independentista vasca, en su lucha por la desconquista y la liberación
nacional y social de nuestro país, no le sobra nadie que desee comprometerse de
corazón. Porque, de lo que aquí se trata es de sumar voluntades y de multiplicar
esfuerzos a favor de los mencionados objetivos. Y quienes firmamos este escrito,
apostamos por ello.
Es hora de ponerse las pilas. Un futuro de paz con justicia y en libertad nos espera.
Quienes firmamos este escrito hemos sido presos políticos vascos:
Jesús María Mendinueta Flores, Carlos Ezkurra Leonet, Josu Jimenez Zurbano, Iñaki ErroZazu, Txuma Puy Lekunberri, Iñaki Urdiain Ziritza, Fermin Urdiain Ziritza, Fermín VenturaPerez, Eder Ariz Lizaso, Joseba Etxezarreta Mantzisidor, Pake Lacasa Lasheras, Kepa Oloriz Urritza, Koldo Grazia Lopez, Joseba Gonzalez Pavon, Jokin Zubieta Valencia,
Arturo Fernandez, Alfonso Angulo Diaz, Oscar estebariz Arteta, Joxerra Larrinaga Zelaia.

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