Isidoro Iglesias, miembro de Eusko Lurra Fundazioa
Muy típico del nacionalismo vascongado ha sido y es la sumisión permanente a la Iglesia Católica. Inmediatamente después del célebre comunicado conjunto de los obispos vascos, instando a la entrega de Euskal Herria a los nacionales y, solicitando el apoyo para los fascistas con su célebre pastoral “Non Licet”, nos encontramos con una carta de los alaveses Franciso Javier de Landaburu, y Manuel Ibarrondo al lehendakari Aguirre, que dice:
Vitoria, 3 de Agosto de 1936.
Sr. D. JOSE ANTONIO DE AGUIRRE.
Mi querido José Antonio:
Ibarrondo y yo,hemos tenido, a requerimiento de respetables amigos, nuestros y tuyos, que con celo apostólico se preocupan de la paz (el Sr.Obispo) unas entrevistas con los altos Jefes Militares de ésta,que están seriamente preocupados por la suerte de Vizcaya y Guipúzcoa, y que se extrañan de que los nacionalistas de ahí estéis de las manos de los rojos, cuando tantas cosas sagradas y fundamentales nos separan de éllos. Van a tomar precisión, en el momento que consideren oportuno de tomar esa tierra por las armas, y se lamentan de que tengan por enemigos a los nacionalistas vascos.
Por éso, para evitar que haya derramamiento de sangre en nuestro Pais, si los nacionalistas de ahí os limitáis, mientras ahí mandan los rojos , a ser guardianes de edificios y personas, si no tomáis las armas contra el Ejército, seréis respetados cuando el Ejército, se apodere de esa zona. Etc.etc.
Un abrazo más fuerte que nunca de tu buen amigo: F. Javier de Landáburu y Manuel Ibarrondo.
Personalmente creo que cualquier parecido con la actitud seguida por el PNV tanto en aquella época como en ésta es mera coincidencia.
Osasuna, Askatasuna eta Euskal Errepublika!