Los nuestros

“En el tiempo real, en la historia, cada vez que un ser se enfrenta con diversas  alternativas opta por una y pierde las otras” (Jorge Luis Borges)

La Izquierda Abertzale Oficial (IAO), con su giro de estrategia, optó por una vía que cada día es más nítida, y no solamente se alejó de la lucha social y de clase, sino que está a la caza de quienes no claudicamos en el logro de la Independencia y el Socioecofeminismo, no felicitamos a Trump, no sostenemos en el gobierno al partido que creó a los GAL e impuso el relato de Garzón sobre toda disidencia.

Tratan de silenciar y apartar todo el que no haya girado con ellos, y lo hacen así  para no verse fotografiados en su distanciamiento con los valores revolucionarios  que han sustentado la resistencia de este pueblo en las últimas cuatro décadas del S. XX.

Decisión tras decisión la IAO ha optado por el camino fácil, el mismo que transita el  PNV, contar votos y decir “los votos me avalan, el tiempo de las utopías por la verdadera justicia social no son de este nuevo siglo”. Han entrado en “la gestión”
quieren gestionar lo público, no transformar, no revolucionar. Gestionar trasladando los asientos de padres a hijos, lo vemos en todas sus estructuras, partido, sindicato, periódico, fundaciones, la familia es lo primero, y en esas estructuras podemos rastrear las sagas familiares.

Por esto somos tan molestos los que seguimos obstinados en cambiar de raíz esta estructura patriarcal-capitalista. El capitalismo es el diseño del patriarcado frente al comunalismo de las matrias. No nos podemos autoproclamar feministas sin ir contra la raíz del capital. He vivido en mi propio ser la acusación infame y falsa a la que me ha sometido el feminismo de la IAO, apoyado por todas sus estructuras, para apartarme de ser portavoz de la verdadera y única alternativa que es el socioecofeminismo, un feminismo radicalmente anticapitalista y enraizado en Amalurra, en la matria.

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