Josemari Lorenzo Espinosa
Un año mas y Bilbao repite algunos esperpentos favoritos. Las fiestas parecen disculparlo todo. Suciedad. Zonas y gentes cutres. Alcohol. Agresiones machistas. Ruido y estruendos. Y, cómo no, tortura de animales vivos en Vista Alegre. De la ingesta exhaustiva de otros animales (ya cadáveres), mejor lo dejamos… de momento.
Este año, los torerófilos pro-españoles. Herederos culturales y políticos de aquel Zubiria que invitaba a toreros, reyes y cupletistas, para adornar con el “mas cornadas da el hambre” sus guateques de Sarriko. No tienen bien amarradas las comidas y corridas. Sobre todo temen el ascendente ambiente hostil, la marea antitortura que les amenaza. Y se manifiesta por miles en las calles del botxo. Que llama asesinos a los toreros y sus amigos. Promete que esta será la última y prepara este sábado otra concentracción, contra las casposas fuerzas del horror y la sangre. De modo que los rancios torerófilos que todavía quedan, temen, mas que nunca, las intenciones de los grupos jóvenes antitaurinos. Y, sobre todo, su poder en las urnas. Que como ha pasado en Catalunya, bien pudiera vía parlamento prohibir la sangría que no cesa de otro modo. Y cerrar los presupuestos y ayudas municipales, para este desatino sanguinolento. Sigue leyendo