Antxon Gomez Lorente y Alberto Muñoz Zufia, miembros de Eusko Lurra Fundazioa.
Se acaba de cumplir el 80 aniversario del bombardeo de Gernika por parte de la aviación nazi y fascista italiana a las órdenes del Franquismo Español. Al calor de los números redondos del aniversario, muchos han arrimado el ascua a su sardina en lo que parece ser el ascendente negocio, político, de promoción personal y económica a cuenta de una Memoria Histórica descafeinada y manipulada por los intereses de las actuales instituciones autonómicas y el partido que las gobierna.
Pasarán los días y los políticos jeltzales que entonaron altisonantes discursos éticos en el aniversario de la masacre, volverán a hablar de las cosas de comer con los herederos políticos, ideológicos y biológicos de los franquistas que ordenaron la masacre. Léase el PP. Es sabido que el compromiso ético del PNV acaba donde empiezan los temas “económicos”. Ética versus pragmatismo. En el caso del PNV siempre ha triunfado el pragmatismo en sus tratos con la derecha española. La “ética” se reserva como sempiterna disculpa para no avanzar en compromisos con la Izquierda Abertzale en los temas de soberanía para Euskal Herria.
Desde los amoríos políticos jeltzales con Suarez, Jefe Supremo del “Movimiento Nacional” Fascista y su cohorte de políticos y ministros falangistas de la UCD; desde el respaldo al presidente Aznar en el parlamento español a la cerrada defensa conjunta de políticas económicas neoliberales junto al PP; desde la colaboración con las fuerzas represivas heredadas del franquismo; … Todo ello ha de ser convenientemente maquillado en estos aniversarios con historietas de agresiones de España contra una Euzkadi que se plantea como un clon del PNV. Obviando la pluralidad política de la Euskal Herria antifascista del 36, con anarquistas, comunistas, republicanos de derechas y de izquierdas, socialistas, y un nacionalismo de izquierdas ascendente representado por ANV. Sigue leyendo